jueves, 17 de marzo de 2011

Utilizan antiquísimos microorganismos para desarrollar una nueva tecnología en células solares


Un grupo de ingenieros de la Universidad Estatal de Oregón han descubierto que se puede utilizar una forma antiquísima de vida para generar la última tecnología en energía solar.
La forma de vida de la que estamos hablando son las diatomeas, un organismo unicelular marino que existe hace más de 100 millones de años.
El interés en las diatomeas fue despertado a raíz de sus diminutos caparazones, que pueden ser usados para crear orden de un modo natural a nivel nanotecnológico.
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Utilizando la biología de estos organismos los investigadores han creado un nuevo tinte para las células solares de sensibilización por colorante, que si bien puede aumentar ligeramente el costo de las misma, prometen un proceso súper sencillo de fabricación y tiene el potencial para generar tres veces más energía que otras células por colorante.
La técnica utilizada por los investigadores para crear las nuevas células solares consiste en depositar  diatomeas vivas sobre la superficie de un cristal conductivo. Luego retiran el material orgánico y dejan sólo los esqueletos o caparazones  de las diatomeas, los que forman una estructura de base. más tarde  se introduce un agente biológico para precipitar titanio soluble sobre pequeñas nanopartículas de dióxido de titanio, creando una fina capa que actúa como el semiconductor de la célula solar.
Utilizando este sistema los fotones rebotan dentro de los poros del caparazón de la diatomea, donde se  incrementa su interacción y se mejora la producción de energía.

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